El fluido de retorno de fracking contiene las sustancias químicas utilizadas en el fluido de fractura. Además contiene metales pesados, y sustancias radiactivas como radón, radio o uranio, que retornan a la superficie. Millones de litros de agua contaminada que habitualmente en EEUU lo que hacen es inyectarla en el subsuelo y cuando no es posible se pasan a plantas depuradoras de la zona que no suelen estar preparadas para ese tipo de contaminaciones.
Se han dado casos de contaminación de estas de varias maneras:
1. Ruptura de conductos o juntas para evacuación de las aguas residuales en las balsas
2. Accidentes de camiones cisterna llenos de productos químicos.
3. Desbordamiento de balsas residuales (químicos, metales pesados y elementos radiactivos) con motivo de lluvias copiosas, tormentas o inundaciones.
Otra de las consecuencias no deseadas de la extracción de gas no convencional es la generación de pequeños seísmos. En mayo de 2011, en la ciudad de Blackpool en el noroeste de Inglaterra, se produjeron dos pequeños terremotos que asustaron a la población de la ciudad. Cuadrilla Resources, la empresa encargada de los trabajos se vio obligada a parar la explotación hasta que “se demostrara que los temblores habían tenido que ver con su actividad”. A mediados de octubre han salido los resultados de la investigación que ha llevado a cabo el Servicio Geológico Británico admitiendo que el epicentro de ambos terremotos se encuentra en las cercanías del lugar de perforación de la empresa. Estos pequeños terremotos no son muy graves, pero ponen en peligro la correcta cementación del pozo pudiendo conducir a graves contaminaciones.
Primero, se perfora un pozo vertical hasta el nivel donde se encuentra las rocas de baja permeabilidad que contienen los hidrocarburos. Una vez alcanzado el nivel deseado, se continúa la perforación horizontalmente. Luego se introduce en el pozo una tubería de acero, desde la superficie hasta el final del pozo. A continuación se inyecta cemento entre el espacio que queda entre la tubería y las paredes del pozo, de tal manera que el pozo queda totalmente aislado de todas las rocas y acuíferos que haya atravesado.
Para fracturar cada pozo se necesitan de media unos 9.000 a 29.000 toneladas de agua. Una plataforma de 6 pozos de media necesita unos 54.000 a 174.000 millones de litros de agua en una sola fractura. Estas grandes cantidades de agua deben estar almacenadas cerca del pozo, ya que la operación de fractura de cada pozo dura entre 2 y 5 días y se tiene que tener el agua disponible. Lo más probable es que este agua se transporte en camión o se haga captación directa de agua del propio entorno de la plataforma.
A través de estos pequeños orificios se inyecta agua a una presión suficiente que permita producir grietas y pequeñas fisuras en la roca, para generar un aumento de la permeabilidad. El agua inyectada va acompañada de arena que permite que estas grietas no se cierren una vez que han sido abiertas por la fracturación. Al agua también se le añaden pequeñas cantidades de aditivos, para favorecer la inyección y penetración en las rocas.
El Ministerio de Ambiente ya revisó y ajustó los lineamientos para “el desarrollo sostenible de este tipo de hidrocarburos, en los cuales se usa el fracturamiento hidráulico en la roca que los produce”. Estos lineamientos eran la último paso para dar el banderazo de inicio a esta actividad en el país.
Derrame en norte de santander